España se metió de manera brillante en la final del Europeo de Lituania y se garantizó una plaza en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. El domingo lucharemos por el oro ante Francia, en un duelo que nada tendrá que ver con el de hace unos días.
El artista de la tarde fue el incomensurable
Juan Carlos Navarro. El escolta del Barça estuvo sublime con un tercer cuarto para enmarcar, en el que anotó la friolera de 19 puntos y dio el oxígeno que el equipo de Sergio Scariolo necesitaba.
La Bomba acabó con 35 puntos. ¿Puntos? No, puntazos.
Macedonia cumplió con su papel a la perfección. Jugó como sabe, se agarró al marcador con fuerza y tiró de sus mejores hombres para hacer lo que mejor sabe: jugar como un equipo; extraño y con estilo propio, pero equipo.
Bo McCalebb hizo mucho daño con su tremenda capacidad para irse hacia el aro y para encontrar siempre una vía hacia los dos puntos. Pero Antic demostró que es otra parte vital en este equipo, haciendo lo que sabe hacer: tan pronto te anota dos triples de más de siete metros como rebotea como un titán. Ilievski lo intentó, pero no tuvo su mejor noche. Samardziski lo peleó todo. Y con esos ingredientes, los macedonios mandaban por uno al descanso. Y eso que se estaba jugando a una anotación alta. Pero, claro, con un 70 por ciento en tiros de dos no es complicado mandar en el electrónico (44-45).
Pero la reanudación fue otra cosa. Navarro volvió loca a la defensa rival, con canastas de todos los colores. Entradas a canasta, bombitas, tiros lejanos 'a una pierna', daba igual, todo iba para dentro. El banquillo español alcanzaba el delirio y el equipo empezaba a tener fe ciega en la victoria, aún sabedores de que Macedonia no iba a tirar nunca la toalla, fiel a un estilo que les ha llevado hasta aquí por méritos propios.
El último cuarto mantuvo la intensidad en la cancha, pero España conservó el acierto y no se arrugó como ya hiciera Lituania ante este mismo equipo. No hubo miedo a ganar. Hubo deseo máximo de ganar. Ahí estaban Navarro y
Pau (22 puntos y 17 rebotes), dos artistas en la materia. Y ahí estuvieron también Marc Gasol (11 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones) y Serge Ibaka (11 puntos, 4 rebotes y 1 tapón), cuya aportación interior fue más que notable.
Mañana, tercera final europea consecutiva. Este equipo sigue escribiendo las mejores páginas del baloncesto español. Dentro de 20 años, o de 40, miraremos hacia atrás y seguiremos rindiendo pleitesía a este grupo de cracks que nos supieron llevar a lo más alto.
España (26+18+27+21): 92. Pau Gasol (22), Rudy (2), Navarro (35), Calderón (3) y Marc Gasol (11) -equipo inicial-, Ricky (5), Llull (3) e Ibaka (11).
Macedonia (18+27+17+18): 80. Ilievski (15), McCalebb (25), V. Stojanovski (6), Antic (17) y Samardziski (12) -equipo inicial-, Sokolov, D. Stojanovski (3) y Chekovski (2).
Francia, el otro finalistaY en la otra semifinal, nos guste o no,
Francia demostró que cuando se ponen a jugar son mejores de lo que ellos mismos afirman o quieren hacernos creer. Los galos vencieron a Rusia por 79-70 en un partido en el que fueron mejores y demostraron tener sangre en las venas, algo de lo que carecieron los rusoss, si exceptuamos a Kirilenko.
Tony Parker (22 puntos) y
Nico Batum (19, 7 y 4) fueron los dos mejores hombres del combinado de Collet. Mañana ante España seguro que el planteamiento cambia de manera radical.
Francia (17+22+16+24): 79. Noah (7), Batum (19), Parker (22), Pietrus (4) y Diaw (6) -equipo inicial-, Kahudi (2), Traoré (8), De Colo (9) y Gelabale (2).
Rusia (16+18+13+24): 70. Mozgov (12), Bykov (7), Khryapa (9), Ponkrashov y Kirilenko (21) -equipo inicial-, Vorontsevich, Fridzon (3), Shved (7), Antonov (4) y Monya (8).