Antonio Díaz-Miguel acuñó con acierto la idea de "equipo nacional". El visionario seleccionador de baloncesto expresaba con ello que a la selección no iban necesariamente los mejores, sino los que eran capaces de formar un mejor equipo.
En efecto, el concepto selección parece nacer viciado. A una competición por países parece absurdo llevar a los doce mejores jugadores de un país. Y, por ello, cada aficionado tiene en mente un plantel diferente.
Criticar la lista ofrecida por cada seleccionador es siempre un deporte nacional. Y hay nada malo en ello. Cada uno lo vemos de una manera y exponemos cuál sería nuestra lista de elegidos.
En los últimos años ha habido bastante consenso, ya que la calidad de unos cuantos de los nuestros hacía que su presencia fuera obligada si su estado físico era el adecuado o sus motivaciones contractuales no lo impidieran. Ya sabemos que los equipos
NBA no ven con muy buenos ojos que aquellos jugadores a los que pagan auténticos pastizales no descansen y dediquen sus veranos a jugar por sus países.
El caso es que la presencia de Pau y Marc, de Navarro, de Ricky, de Calderón, de Rudy, de Llull... nos parece incuestionable. El Chacho, por ejemplo, se cayó de algunas convocatorias. Felipe se retiró para luego volver. El debate Ibaka o Mirotic sigue abierto.
Y la presencia de todos los anteriores apenas deja hueco para otros. El criticado Víctor Claver, siempre presente y siempre 'casi ausente', parece haberse ganado un hueco por su capacidad para jugar de tres y aportar desde ahí defensa, rebote, intimidación y ejercer de pegamento. Su convocatoria siempre ha sido muy criticada, pero en los momentos calientes del campeonato el valenciano aportó mucho y bien.
Los años pasan, y no en balde. Y está claro que hace falta
sangre nueva, pero ¿cuándo es el momento? ¿Cuaándo llega la hora de dejar paso a los nuevos? Con la plaza de los Juegos de Río en la buchaca, el debate se reabre. Y parece obligado dejar la puerta entreabierta a los veteranos que no pudieron/quisieron estar en este Europeo. Sergio Scariolo tendrá la palabra; al menos, en parte.
Pero, con los ya citados, no parece haber hueco para nadie más. Aún no sabemos quién no estará en condiciones, quién causará baja por lesión o si los que en tiempos ofrecían un gran rendimiento bajan sus prestaciones. Así que los Pau Ribas, Abrines, San Emeterio, Willy Hernangómez, Dani Díez, Guillem Vives, Pablo Aguilar, Quino Colom, Xavi Rabaseda o algún nuevo fenómeno quizá tengan que seguir esperando su oportunidad.
Lo cierto es que la generación del 80, aunque parezca eterna no lo es. Navarro no ha podido estar por unos problemas físicos crónicos que despiertan más dudas que certezas. Nadie duda de su calidad inmensa, pero habrá que ver si su fascitis plantar le permite seguir jugando al máximo nivel.
Pau Gasol y Felipe Reyes parecen haberse hecho habituales de la piscina de
Cocoon y en sus últimos años no sólo no parecen haber bajado su rendimiento, sino al contrario. El físico les acompaña y la calidad va incluso a más.
José Calderón, que no pudo estar en
Lisboa 99 por lesión, y se ha perdido este Europeo y algunos otros eventos, es de los que debería volver, estado físico mediante. Raül López, Carlos Cabezas, Berni Rodríguez y Germán Gabriel no parece que vayan a entrar en las quinielas, a pesar de seguir en activo.
Lo cierto es que
Río 2016 podría suponer el adiós de los ilustres veteranos y la apertura de un nuevo ciclo. Unos tiempos en los que Sergio Rodríguez, Ricky Rubio, Sergio Llull, Pau Ribas, Rudy Fernández, Álex Abrines, Dani Díez, Xavi Rabaseda, Víctor Claver, Marc Gasol, Serge Ibaka, Nikola Mirotic, Willy Hernangómez... parecen ser los llamados a tirar del carro. Un equipo bueno, pero en el que quizá ya no esté el gran faro que guía a todos: don Pau Gasol Sáez.
Por detrás también vienen Juancho Hernangómez (20 años, 2,04), Santi Yusta (18 años, 2,00), Jonathan Barreiro (18 años, 2,04), Acoydan McCarthy (16 años, 1,98), Sergi Martínez (16 años, 2,00), Carlos Alocén (14 años, 1,91), Usman Garuba (13 años, 1,95)... Prometedores pero, de momento, sólo eso.
La duda que todos nos planteamos es si nos convertiremos en un equipo bueno con opciones, sin más; o si seremos capaces de mantener intactas nuestras opciones de estar en
la lucha por los títulos. Lo cierto es que el listón está muy alto y fácil, lo que se dice fácil, no será.