Lakers, dos vidas en un instante

La configuración de la plantilla de los Lakers para la temporada 2018-19 tiene luces y sombras. Todo ello sobre el papel, ya veremos sobre el parquet. La llegada de LeBron James es el gran aliciente, como no podía ser de otra forma.

LeBron James, Brandon Ingram y Kyle Kuzma son la tripleta sobre la que construir. Lonzo Ball aún tiene que demostrar su capacidad para competir al más alto nivel, pero ya dejó destellos de lo que puede hacer jugando contra los mejores. Y en esa línea de jugadores sobrios y fiables también andarían Kentavious Caldwell Pope y Josh Hart, los encargados de anotar de lejos entre otras cosas.

Capítulo aparte representan los jóvenes, con Ivica Zubac, Sviatoslav Mykhailiuk, Moritz Wagner, Joel Berry, Isaac Bonga o Alex Caruso. Habrá que ver quién cuenta y quién no y el papel que están llamados a interpretar en los Lakers de LeBron. La escasez de jugadores interiores podría facilitar minutos a Zubac y Wagner.

Y el apartado que más ríos de tinta ha hecho correr –LeBron a un lado, claro– es el de las incorporaciones en el mercado de agentes libres. Jugadores que, de una manera o de otra, darán que hablar, pero que han recibido el O.K. de Magic Johnson y Rob Pelinka, no lo olvidemos.

Rajon Rondo es un base que llevó a los Celtics a reverdecer laureles, pero que también ha ido de equipo en equipo sin recuperar su mejor versión. Michael Beasley es pura clase, pero con un largo listado de equipos por los que pasó sin pena ni gloria; aunque el año pasado en los Knicks ofreciera una imagen mucho más madura. Lance Stephenson es un jugador de calidad con gran capacidad defensiva, pero con fama de mala cabeza. Y JaVale McGee es un portento de facultades físicas, pero con una tendencia enfermiza a protagonizar los Shaqtin' A Fool de la TNT. 

¿Conseguirá Luke Walton sacar el máximo partido de todos y cada uno de sus jugadores? ¿Se logrará una buena química en el equipo? ¿Hay opciones de meterse en playoffs? ¿Saltará todo por los aires?