9.1.12

Derek Fisher, ¿el peor base titular de la NBA?

Hace poco más de un mes, Pau Martorell titulaba un post: "Urge base". Se refería a un base para los Lakers, claro. Mike Brown ha entregado los galones de la dirección a Derek Fisher y a Steve Blake, mientras que entre los rookies, uno apenas la huele (Goudelock) y otro ni ha debutado (Morris). El clásico Amarrategui Blues suena en L.A.

Después de 10 partidos, Fisher promedia 4,4 puntos y 4,4 asistencias en 23,6 minutos. Ni que decir tiene que es el peor base titular de la liga con la estadística en la mano. Sólo Jason Kidd (4,9 y 4,5) se le acerca en tan dudoso honor...

La media de los demás bases que salen en los quintetos titulares de los otros 29 equipos de la competición es de 13,4 puntos y 6,3 asistencias (casi los promedios exactos de Tony Parker), números muy por encima de los de Fisher.

Mitch Kupchak y los mandatarios angelinos quisieron poner fin a esa dinámica de bases discretos en la franquicia y fueron a por uno de los tres mejores de la NBA. La operación ya sabemos todos cómo terminó –con Chris Paul en los Clippers-, pero muchos analistas coinciden en señalar que los Lakers necesitan un buen base, pero no necesariamente un 'top five'.

Otra cosa bien diferente es tener a uno de los tres o cuatro bases más flojos iniciando los partidos. La clasificación de peores bases, con los números en la mano, la lidera el propio Fisher (4,4 y 4,4), al que siguen el mencionado Jason Kidd (4,9 y 4,5), Jameer Nelson (6,8 y 5,4) y Toney Douglas (10,3 y 1,3; que no es un uno, pero sale como tal y a quien amenazan claramente Iman Shumpert, Mike Bibby y, por supuesto, el ahora lesionado Baron Davis). Los demás point guards de los otros 26 equipos anotan todos por encima de los 10 puntos o están muy cerca de esa cifra (9,8 tanto Mike Conley como Devin Harris).

Curiosamente, se da la circunstancia de que el promedio de asistencias de Fisher por partido iguala el mejor de su carrera, en aquellos años en los que jugó con los Warriors, en su apogeo individual. Él no ha sido nunca un pasador, todo el mundo lo sabe, sino más bien un desatascador. Sus tiros imposibles en finales, como ante San Antonio o Boston, merecen un monumento en las inmediaciones del Staples, pero su condición actual no debería llevarle a nada más allá que un papel como base reserva. Ni sus prestaciones ofensivas, ni su condición defensiva ante bases mucho más rápidos, deberían mantenerle al timón de un equipo con supuestas aspiraciones.

Con 37 años, Fisher firma este año un 35% en tiros de campo, un flojísimo 8,3% en triples y un 77,8% en tiros libres, con 2,2 rebotes y 1,1 robos. Sin duda su verano ha sido muy duro, con negociaciones interminables, pero los aficionados de los Lakers creen que su equipo merece un base mejor. O, al menos, a uno que no encabece la lista del peor...

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