Así vimos el histórico Barça-Lakers

-Ambientazo en el Palau Sant Jordi. Largas colas para entrar. Lleno hasta la bandera. Ambientazo de gala. Se respiraba baloncesto por todas partes. Más camisetas de los angelinos que de los culés. Sinfonía de oro y algo de púrpura (como en mi caso). 16.300 espectadores. Sin palcos VIP 'potativos' el basket es más de verdad. Se vivió el baloncesto como nos gusta a sus amantes: con entrega incondicional, con aplausos, cánticos, pasión, deportividad y con todo el público rendido a los dioses Navarro, Mickeal, Pau y Kobe.

-Juan Carlos Navarro evidenció de nuevo que es un jugador extraordinario y que su sitio está allí donde él quiera estar, pero siempre con los mejores y al más alto nivel. Tremendo.

-Pete Mickeal enseñó que da igual ser un 2-3 de 'corte mejor para el basket europeo...' y que podría jugar en el Madison lo mismo que en el Palau. Inmenso ante Kobe y mucho más acertado que Ron Ron a lo largo de todo el partido. Anda que no hay medianías cobrando un pastizal en la NBA y que no le llegan ni a la suela de las botas... ¡Ah!, que es que no tira. En fin.

-Fran Vázquez se batió el cobre y mostró sus capacidades ofensivas y defensivas. De igual a igual casi ante los titulares y muy superior a los Theo Ratliff o Derrick Caracter.

-El Barça sabe a lo que juega y eso a pesar de que Ricky tiende cada vez más a las sombras en vez de a las luces. ¿Qué le pasa? No lo sé. Pero él representa la magia, la sorpresa, el disfrute inmenso ante lo nuevo o lo imposible. Y últimamente le vemos con demasiada frecuencia dando el pase que no quiere dar; fallando la bandeja fácil que siempre metió; lanzando un mal tiro fruto de una posible falta de confianza; asustado en vez de crecido; acomplejado en vez de dominador. Quiero creer que volverá. Confío plenamente en que así será y que lo hará en breve; ya. El genio de El Masnou tiene que seguir creciendo. Ricard estamos contigo.

-Xavi Pascual me parece cada día mejor entrenador. Siempre parece adoptar la decisión adecuada. Es puro equilibrio. Domina el partido desde fuera. Y el jugador lo nota... Qué gran candidato para dirigir a la selección dentro de poco tiempo.

-La silla de Phil Jackson... y de Pau. ¿Qué era esa especie de gran asiento en el extremo izquierdo del banquillo angelino? ¿Una especie de Papamóvil? ¿Una silla ortopédica? ¿Un diseño de Le Corbusier? ¡No! Era el asiento del Tío Phil. Una silla alta que seguro que facilita al técnico más laureado de la NBA a levantarse con menos esfuerzo y a estar sentado con mayor comodidad. Tanta que hasta Pau lo utilizó en los tiempos muertos. Eso sí, luego había que secarlo bien para que lo usara de nuevo el jefe.

-David Stern. Caerá bien, mal, regular..., pero es el crack en lo suyo. Ayer, tras el descanso, todos los del palco dentro comiendo y bebiendo. Él no. Él en su sitio, en el palco de honor, sí, pero vendiendo imagen, dándolo todo, hablando con todos los aficionados que pasaban a escasos centímetros de su sitio. Un ejemplo de profesional de la organización.

-Cómo me gustó ver a los cracks de siempre. Y a otros menos cracks, pero siempre necesarios. Allí estaban Epi, Jimix, Nacho Solozábal, Manolo Flores, Roberto Dueñas. Y vi también a otros como Quique Andreu entre el público, o Jordi Trías o Rafa Jofresa. O a Bruce Bowen, con cara de buena gente, y sin pegar a nadie; además hasta saludó en español. O al gran ¡¡James Worthy!!, maestro a la contra o de espaldas al aro; un alero con un juego de pies maravilloso, sólo al alcance de los elegidos como él. Verle ayer fue regresar a los 80's, con los comentarios de Trecet y la sintonía de la CBS metida en los tuétanos...

-Y flipé con Pau, aunque no entendiera bien todo lo que dijo en catalán. Poco a poco entiendo más, pero es que yo no lo hablo ni en la intimidad, aunque mi hermano me hiciera un poco de traductor en algunas situaciones barcelonesas. ¡Qué carisma! ¡Qué tirón! ¡Qué manera de meterse a todo el mundo en el bolsillo! Un fenómeno. Y dentro de la cancha se le vio un poco 'gorreable', pero claro, es que el juego interior del Barça tiene mucha tela. Que se lo digan a Caracter, que lo único que se lleva de BCN son dos gorras... y sin visera.

-El placer de ver al mejor equipo de Europa contra el vigente campeón de la NBA. Una especie de mundial oficioso de clubes. Bueno, sí, pero con un equipo rodado y otro en pretemporada. Y encima con tu hermano pequeño... No se puede pedir más. Charlas eternas de basket, de la familia, de la vida. Impagable.

-Y sí, por allí andaban los Bynum y Luke Walton, comprando vajillas de cristal de Bohemia con el pastizal de sus contratos. Bien acodados en el banquillo, uno antes del partido y el otro durante. Salud para los dos.

-También me gustó eso de ver a Chuck Person dirigir parte del calentamiento de L.A. Gordito, sí, pero cada vez que tocaba el balón para pasárselo a un jugador veías en su mirada que lo que él quería realmente era tirar desde ocho metros y hacer trizas la red. The Rifleman, inolvidable.

-O ver cómo en un tiempo muerto Phil Jackson se juntaba con Frank Hamblen, Brian Shaw (aún recuerdo que vino al Mundial de España del 86 por lesión de un compañero) y Jim Cleamons mientras los jugadores formaban un círculo irregular en el que casi nadie hablaba. Con Gary Vitti por allí, pero nada más... ¿Será Brian Shaw el futuro técnico angelino? Tal vez. Aunque igual Rambis y Byron Scott no opinen igual

-Y allí estaban también todos los de Cuatro y D+: Carnicero, Loncar, Moisés Molina y Nico Abad, y ,al lado, Zoran Savic. Y Antoni Daimiel, claro, con su traje XXL, con chaqueta de corte afroamericano y unos kilos de más ostensibles que le acercan al Club del Gourmet si no se pone a practicar en breve la dieta mediterránea... Tengo que decir que me quedé con las ganas de llevar una pancarta que dijera en letras grandes: "¡¡ANDRÉS MONTES, FOREVER!!".

-El merchandising corría a raudales por todas partes. Las camisetas de Pau y de Kobe se agotaban. La amarilla de algodón de los Lakers triunfaba a 20 €. Las de Garnett y Pierce no vivían su mejor día en un ambiente de tintes californianos. Y la de Carlos Boozer con los Bulls era superada por el número 1 de Amaré Stoudemire con los Knicks. Ni que decir tiene que cayó en mis manos. El año que viene igual nos compramos la de Melo, ¿no?

-Las animadoras. Una cuestión menor, pero que da juego. Cuerpos menudos, livianos, cuidados y deportivos, pero no muy atléticos. Sin duda ver a las Laker Girls siempre es un deleite. Casi 30 años viéndolas por la tele y sólo se puede decir que al natural responden a las expectativas. Aunque, eso sí, siempre prefiera lo que es el juego en sí.

-Y me encantó como trató la afición a los grandes. Las ovaciones a Juan Carlos Navarro, Pau Gasol, Kobe Bryant y Ricky Rubio me pusieron un nudo en la garganta. Soy un sentimental.

-Y me gustó mucho el partido, porque aunque se falló mucho -quizá demasiado- se vio a dos equipos que querían ganar. El Tío Phil tuvo que dejar sobre el parquet a Kobe, Pau y Odom muchos más minutos de los que seguramente pensó. Y ni eso le valió. Ebanks y Caracter recibieron minutos de rookies. Fisher y Artest interpretaron su rol. Blake hizo de base reserva; lo mismo que Shannon Brown, Barnes y Vujacic en las posiciones exteriores. Y los Trey Johnson y Drew Naymick no la olieron.

-Me gusta volver a Barcelona. Siempre lo paso bien, me da un poco de aire con yodo o sal marina, como bien y los planes son difíciles de mejorar. El único pero es no estar una semana en vez de sólo 2 ó 3 días...

-Bueno, claro y el box score: 92-88

Regal FC Barcelona (21+24+23+24): Rubio (-), Navarro (25), Mickael (26), Morris (12), Vázquez (10) -cinco inicial- N'Dong (2), Lorbek (3), Sada (3), Grimau (2), Lakovic (5) y Perovic (4).

L.A. Lakers (24+20+26+18): Fisher (12), Bryant (15), Odom (12), Artest (10), Gasol (25) -cinco inicial- Barnes (-), Brown (2), Blake (6), Vujacic (2), Ratliff (-), Caracter (-) y Ebanks (4).