El villano fue el héroe, casi por accidente; y los Lakers dan un paso más: 3-2

Los Lakers consiguieron subir el 3-2 en el marcador de la serie y lo hicieron de una manera un tanto inesperada. Ron Artest fue quien logró la canasta del triunfo sobre la bocina después de que Kobe Bryant fallara un intento desesperado de triple con el marcador igualado a 101. El lanzamiento se quedó cortó, Ron Ron pasaba por allí, lanzó el balón contra tabla, muy elevado, y éste cayó dentro. Los Lakers vencían por 103-101 y respiraban después de haber tenido un partido en principio controlado, pero que pudo írseles de las manos.

Lo mejor del caso es que la noche de Artest en el tiro estaba siendo para olvidar, malos tiros, mala selección y 1 de 8. Sin duda no parecía el más capacitado para dar la victoria a los suyos, pero en los playoffs los supuestos secundarios son los que muchas veces te dan el plus que te lleva al éxito.

A pesar del último tiro fallado, Kobe Bryant volvió a estar a gran nivel: 30 puntos (12 de 27, 4 de 10 en triples y 2 de 3 en libres), 11 rebotes, 9 asistencias y 4 tapones. Con momentos sublimes como en el segundo, cuando enchufó tres triples consecutivos en un minuto y cuatro segundos. Se pasaba de un 32-25 a un 41-25, parecía que el partido se acababa..., pero no, los Suns se iban al descanso 8 abajo.

Y es que las pájaras de los Lakers siguen estando siempre ahí. Cuando parece que sentencian, perdonan y el rival se mete en el partido. Y en el tercer cuarto, lo mismo. Los locales mandando por 15 ó 16 puntos, pero bajando otra vez el pistón y cerrando el cuarto sólo 6 arriba.

Cuando se juega con fuego ya se sabe lo que pasa, pero en esta ocasión los Suns nadaron y nadaron y hasta llegaron a la orilla a falta de tres segundos y medio. Antes, con 101-98, Artest había fallado una suspensión y un intento de tres; y Pau, un mate, en unas acciones de auténtico despropósito. Los Suns atacaban a la desperada, Nash y Richardson fallaban dos intentos de triple, pero éste se encontraba con un churro contra el cristal que igualaba el partido. Pero, sin apenas tiempo para nada, ahí surgió el que nadie esperaba, Artest, y decidió el partido más importante de la serie.

En los Lakers, además de Bryant, Pau Gasol estuvo desatendido en ataque y aún así se fue a 21 puntos (7 de 14 y 7 de 8), 9 rebotes, 5 asistencias y 1 tapón. Derek Fisher jugó un gran partido con 22 puntos y 4 asistencias. Y Lamar Odom sí fue el jugador preoductivo tan necesario saliendo del banquillo: 17 puntos, 13 rebotes y 4 asistencias.

En los Suns, Steve Nash fue el mejor con 29 puntos y 11 asistencias. Stoudemire (19 y 4), Richardson (12, con un triple a tabla al final que complicó el partido a L.A.), Frye (14 y 10), Dudley (10 y 4) y Hill (10 y 5) estuvieron bullidores, pero no fueron capaces de dar la sorpresa en el Staples Center.