Ricky Rubio, en el ojo del huracán

Esto no ha hecho más que empezar... Lo único que a día de hoy parece claro es que Ricky no está por la labor de jugar en los Minnesota Timberwolves, el equipo que sacrificó su quinta elección del draft eleigiéndole, después de haberse deshecho de dos de sus mejores hombres para hacerse con ese pick, Randy Foye y Mike Miller.

Los Wolves no pudieron presentar en la rueda de prensa a su mejor elección y eso es algo que duele y mucho dentro del negocio que supone la NBA. Ricky, su entorno -padres y agentes- están dejando claro a todo aquel que quiera oírles que no jugará en Minny. No hay problema en que el jugador regrese a España y aplace su decisión de jugar con los mejores "uno o dos años"...

Por un lado, Ricky dejó muy claras sus intenciones sobre qué destinos le parecían bien y cuáles no. Algo que suena prepotente cuando se habla de NBA, una liga cerrada, con unas normas claras y en las que los jugadores, salvo contadas excepciones, pueden hacer muy poco para elegir equipo. Sea como fuere, la jugada no se sabe cómo terminará.

La cláusula de la que más se ha escrito en lo que va de año aún no tiene ni rebaja, ni hay acuerdo entre el DKV Joventut y el jugador. Los tribunales están ya metidos en el ajo y no se sabe qué pasará en los próximos meses... Lo que parece claro es que si Ricky lograra una cierta rebaja en las cantidades que tiene firmadas con la Penya su ingreso en la NBA podría producirse mucho antes, bien dentro de un año o incluso el próximo mes de noviembre.

Ayer se especulaba hasta con la posibilidad de que Florentino Pérez se metiera por medio y lo fichara para un proyecto a dos años con el Real Madrid. No parece nada probable, pero en estas situaciones ya parece que no hay que descartar absolutamente nada ante el ramillete de opciones que parecen abrirse cada día.

La otra vía que sigue abierta es la del sign & trade con algún equipo interesado en Ricky. Es en este escenario donde se está hablando, y mucho, de la posibilidad de que el genial base terminara en los Knicks. Quique Peinado comenta en Marca.com esta opción, que podría tener incluidos otros dos jugadores que necesitarían recurrir a firmar y ser traspasados: David Lee y Nate Robinson. Probable o no, lo que está claro es que la opción neoyorquina es la que más nos gusta a buena parte de los aficionados españoles.

Lo que está claro es que Minny, o David Kahn, su GM, sabía que esto podía pasarle con Ricky y por eso eligieron a otro base de gran nivel, Jonny Flynn. Se cubrieron las espaldas desde el primer momento, aunque el propio Kahn dijera que podían jugar juntos... Sin duda algo posible, pero poco creíble. Flynn es un base anotador y bastante completo, pero quizá demasiado pequeño (1.84 y 87 kilos) para jugar de dos. Y ver a Ricky de dos es algo que no nos pega ni con cola; parece un desperdicio.

Por si todo esto fuera poco, hay que recordar que dentro de cuatro días la cláusula de Ricky pasa de 4,7 millones de euros a 6. Ya no se sabe qué es mejor si alcanzar el acuerdo antes de esa fecha con el club o dejar las cosas estas a expensas de los que dictaminen los tribunales. El culebrón no ha hecho más que empezar.

En mi opinión, lo que sí hay es una realidad: a pesar de todas las complicaciones, de las cláusulas, de los deseos del jugador ya tiene una consideración que no hay quien le quite, la de ser número 5 del draft; una etiqueta irrenunciable y que te fija unas cantidades a percibir. Hay que pensar que con todo ese entorno tan negativo podíamos haber visto caer a Ricky mucho más abajo, a un puesto 15 ó 20... Ricky no ha hecho bien algunas cosas (las ha hecho rematadamente mal), pero creo que ha salvado los muebles. Su inmensa calidad le ha salvado, pero nos gustaría apreciar un cambio en su imagen y su manera de hacer las cosas, desde el respeto a las franquicias, a la NBA, a los aficionados que soñaban con verle jugar con su equipo, y desde la modestia. La sencillez debe ser su gran virtud, por encima de su categoría dentro de una cancha.