Los Lakers ponen el 2-0 en la Final

No jugaron bien, sufrieron lo indecible, pero los Lakers sacaron adelante un partido muy complicado que podían haber perdido perfectamente si Courtney Lee hubiera acertado en las dos oportunidades que tuvo, la última sobre la bocina y a medio metro del aro. De haber anotado no se hubiera ido a la prórroga y la serie tendría otro color con un empate inquietante que ya no es sino un 2-0.

Pero las canastas hay que meterlas y Lee las falló... Y quien no falló fue un estelar Pau Gasol, el hombre del partido, el angelino capaz de tomar siempre las mejores decisiones. El de Sant Boi leyó el tiempo extra como nadie y suyos fueron 7 de los 13 puntos en los cinco minutos que decidieron el choque.

Pau terminó con 24 puntos (7 de 14 en tiros de campo y 10 de 11 en libres), 10 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 1 tapón. Fue el jugador clave por su relevancia final. Cuando Kobe se atascó, perdió la inspiración y dejó de tomar las mejores decisiones -muy bien defendido y sufriendo a Turkoglu en sus carnes- el español lo hizo fácil, dejó fluir su juego y L.A. se llevó un partido vital por 101-96.

Orlando lo tuvo muy cerca. Puede que Van Gundy haya encontrado algunas claves importantes para hacer daño a los Lakers, pero ya va 2-0 en la serie y eso nadie lo puede cambiar. No será fácil ganar tres partidos seguidos en Florida; algo que ahora es una obligación.

Rashard Lewis sí fue anoche el alero indefendible, el que te anota todo aunque lo marques al límite, el que con menos de veinte centímetros te saca un tiro de más de siete metros que te mata. Shard se fue a 34 puntos (6 de 12 en triples), 11 rechaces y 7 asistencias. Y Turkoglu fue el jugador al que va la bola que quema, el que decide qué hay que hacer jugando de uno, de dos y de tres. Hedo acabó con 22, 6 y 4 y un tapón sobre Kobe inmaculado a falta de 0,6 décimas que pudo valer el partido si Lee no hubiera manseado con el alley oop que podía haber cambiado la historia.

Los Lakers tuvieron a un Kobe Bryant irregular, que se fue a 29 puntos (10 de 22 y 8 de 10), 8 asistencias y 7 pérdidas. No fue su noche; alternó acciones brillantes con alguna en la que absorbió demasiado juego sin tomar la mejor decisión. Pero sí que sostuvo a los suyos en momentos complicados, como los del tercer cuarto.

Lamar Odom sí que estuvo: 19 tantos, 8 rechaces, 2 asistencias y 3 tapones. Pura clase, con canastas maravillosas en momentos muy necesarios. Además, Ariza (8, 7 y 3 robos), y Fisher (12) completaron el trabajo con una seriedad que vino muy bien a los suyos. ¿Bynum? Poco, muy poco: 5 puntos, 2 rebotes y 1 tapón.

En los Magic, Dwight Howard terminó con 17 puntos (5 de 10 y 7 de 9), 16 rebotes, 4 asistencias, 4 robos, 4 tapones y 7 pérdidas. Un partido muy completo, pero no determinante.

Los Lakers puede que no fueran mejores anoche, puede que los Magic estuvieran ligeramente por encima en algunos momentos, pero el que perdona va para adentro... y Orlando perdonó. Los Lakers tuvieron la suerte de cara (¿la del campeón?) y el acierto necesario en los momentos calientes. Y con esas premisas lo normal es que terminé por pasar lo que sucedió... y más si tienes a un jugador en tus filas tan listo como Pau.