Casta de campeones

Gran partido el cuarto de la Final; lleno de emoción, alternativas, canastones y ansias de triunfo en los mejores jugadores que pisaron la cancha. Derek Fisher mandó el partido a la prórroga con un un triplazo y casi la sentenció con otro. Kobe estuvo a buen nivel. Pau supo sufrir ante un durísimo Dwight Howard. Ariza emergió en un tercer cuarto tremendo. Y los Lakers pusieron la serie 3-1 y dejaron a los Magic al borde del abismo. L.A. demostró que sí sabe ser un equipo sacrificado.

Sin el triplazo de Fisher no estaríamos hablando de ese 3-1. Van Gundy se empeñó en hacer jugar los minutos importantes a Jameer Nelson y éste demostró que no está a su nivel. El veteranazo Fisher lo mató con una canasta desde más allá del arco a falta de 4 segundos. Mucho nos hemos metido con los malos partidos de Derek, pero anoche estuvo sencillamente inmenso.

Los Magic comenzaron mandando en el partido con dos pilares básicos: Hedo Turkoglu y Dwight Howard. El turco era quien tiraba del carro ante la ausencia psíquica de Rashard Lewis, que nunca entró en el partido. El alero europeo dominó muchos minutos del choque, aunque estuvo menos clarividente en el tramo final.

Howard cuajó un partidazo si exceptuamos su noche aciaga desde el 4.60. El poste rozó el triple doble con 16 puntos (5 de 12 en tiros de campo y 6 de 14 en libres), 21 rebotes, ¡9 tapones!, 2 asistencias y 7 pérdidas. D-Ho hizo trabajar de lo lindo a Pau Gasol (que supo sufrir en una noche poco acertada y esperar su momento), Andrew Bynum y Lamar Odom en tareas cercanas al aro y estuvo incomensurable atrás.

Y si la primera parte fue de los Magic, la segunda tuvo color visitante. Un genial Trevor Ariza anotó sus primeros 13 puntos en el tercer cuarto y logró que L.A. pasara de ir 12 abajo a que entrara en el cuarto final mandando por 4.

En el último cuarto, Turkoglu parecía el dueño del partido. Orlando había pasado a mandar en el marcador y con 1:34 para el final un triple del líder espiritual del equipo ponía un 87-82 inquietante para los de Phil Jackson. Parecía que el 2-2 en la serie estaba muy cerca.

Pero el baloncesto se mueve muchas veces por un filo extremadamente fino. Kobe falló un intento triple: Lewis, una suspensión. Kobe encontró a Pau en una jugada fulgurante que terminó con un mate del de Sant Boi. Con tres abajo y 11 segundos por jugarse el número 24 hizo una falta más que oportuna sobre D-Ho y éste falló los dos tiros libres. Los Lakers tenían opciones, complicadas, pero opciones. Y fue ahí donde Fisher mató a Nelson y mandó el partido al tiempo extra. Sí, quedaban cuatro segundos, pero Pietrus no dio con la red...

La prórroga tuvo color angelino. Empezó con un triple de Shard (6 puntos), pero fue un espejismo. Dos canastas de Kobe y un nuevo triplazo de Fisher pusieron el partido claro para los californianos. Y Pau anotó los últimos cinco puntos de su equipo. En la última canasta recibió un doble puñetazo en la espalda de un cobarde y frustrado Pietrus, que tuvo un comportamiento indigno en esa acción. La NBA seguramente le castigue con un partido y no dispute el quinto partido. Pobre favor le hace el galo a su equipo después de haber cuajado un partido muy serio.

En el apartado numérico, Kobe se fue a 32 puntos, 8 asistencias y 7 rebotes. Pau, que sufrió en defensa y luchó hasta la extenuación en los 49 minutos que permaneció en cancha, terminó con 16 puntos y 10 rechaces. Ariza (16), Fisher (12) y Odom (9) completaron el trabajo. En Orlando, Turkoglu (25), Pietrus (15) y Alston (11) fueron, junto a Howard, los destacados.

En la madrugada del domingo al lunes (2.00h. hora peninsular) los Lakers tendrán ante sí la primera oportunidad de cerrar la serie y de llevarse el título. Por cierto, en el partido de anoche, Pau Gasol superó las barreras de los 1.000 puntos y los 500 rebotes en partidos de playoffs (1.000 puntos y 506 rechaces en 55 partidos). Este Pau cada día consigue un nuevo logro, establece un tope... marca un hito. ¡¡Crack!!