Los Lakers tiñen de verde la final

91-97 y tres oportunidades para llevarse el anillo. Los Celtics asestaron el golpe casi definitivo a los Lakers en el Staples Center y colocan a los amarillos con un 3-1 en contra, algo muy difícil de remontar. Los de Phil Jackson ya no tienen otra opción que ganar todos los partidos que quedan, dos de ellos en el TD Bank North Garden. ¿Misión imposible? Eso parece.

Los californianos fueron víctimas de ellos mismos. Dominaron el partido durante muchos minutos y lo hicieron de manera clara, hasta con autoridad. Pero uno no puede desinflarse y bajar los brazos como lo hicieron anoche los púrpuras y amarillo.

En el tercer cuarto, L.A. mandaba por 70-50 a falta de 6:04. Ahí comenzó la debacle...Boston, a través de Pierce, Allen, Posey y House, se iba a poner a sólo dos puntos para cerrar el cuarto con un marcador levemente adverso de 73-71. Lamentable, un parcial de 21-3 en sólo 6 minutos. Y, lo peor, con un Phil Jackson en la banda que no daba con las soluciones para cortar la grave hemorragia.

Pero no había acabado todo. 12 minutos por delante. A todo esto, hay que destacar que Kobe Bryant entraba en el último cuarto con sólo 7 puntos... Parecía que los angelinos se centraban y el partido entraba en un periodo de igualdad. Kobe, Odom y Gasol aparecían, pero todo fue una ilusión.

A 4:45 para el final, L.A. aún mandaba en el marcador (83-82), pero a los locales se les veía cada más espesos en ataque. Sin embargo, enfrente, los Celtics encontraban a Pierce, a Allen y a Posey, que fue el arma que más daño hizo al rival por su factor de relatica sorpresa. James Posey apareció en momentos clave del choque y aportó 18 puntos vitales, 3 más que todo el banquillo oponente.

El Big Three celta cumplió: Paul Pierce (20, 4 y 7), Ray Allen (19 y 9) y Kevin Garnett (16, 11 a pesar de que empezó muy flojo). Y el amarillo estuvo por debajo de lo exigible: Kobe Bryant (17 -con 6 de 19-, 10 asistencias, 4 rebotes y 4 robos), Lamar Odom (algo mejor con 19 y 10, pero sin decidir), y Pau Gasol (que volvió a no recibir apenas juego en el tramo final, sumó 17 y 10).

Por ese lado no hubo grandes diferencias, sí de actitud tal vez, pero fueron los secundarios los que decidieron. James Posey (18, con 4 de 8 en triples y +15 con él en la cancha) y Eddie House (13, +20 con su presencia en pista) fueron desequilibrantes por su arrojo y ganas.

En el otro lado de la balanza, Sasha Vujacic. El esloveno, siempre valiente, anoche tuvo un partido aciago con 1 de 9 en el tiro para 3 puntos. Y eso después de anotar 20 en el anterior. Su balance de -14 fue el peor acumulado por cualquier angelino. The Machine se gripó, pero está claro que son otros los que tienen que tirar del carro en los momentos decisivos y no supieron o no pudieron.

En la madrugada del domingo al lunes, el quinto episodio. La final parece haber perdido emoción, pero todavía hay que esperar un último golpe de raza y casta por parte de Kobe Bryant... De no ser así la decepción de los seguidores de los Lakers sería aún mayor.