Así jugaron los subcampeones

Kobe Bryant: 25,7 puntos, 4,7 rebotes, 5 asistencias y 2,67 robos. Ha disputado 103 partidos esta temporada y parece claro que sus 6 últimos no han estado a la altura que se puede esperar de él y de lo que cabe exigirle por su condición de megaestrella. La defensa de Boston, la mejor la liga, demostró que sabe bajar las prestaciones del mejor jugador de la NBA. Kobe sólo logró anotar el 40 por ciento de sus tiros y perdió casi 4 balones por noche. En ocasiones se echó de menos que apareciera; y, otras veces, sus seguidores le reprocharon que se erigiera en protagonista único. Sea como fuere, lo que está claro es que no supo liderar a los suyos como en rondas anteriores y que el resto del equipo no se lo puso fácil al no dar el paso al frente necesario cuando lo que está en juego es un título. ¿La sombra de Jordan es demasiado alargada? Para mí, Michael es Michael y Kobe, Kobe. Dos enormes jugadores a los que la historia pondrá en su sitio, pero ésta aún no ha terminado...

Pau Gasol: 14,7 puntos, 10,2 rebotes y 3,3 asistencias. El jugador al que más críticas le han llovido desde todos lados: prensa, afición y hasta de su entrenador. Siendo justos, hay que decir que siempre hay que esperar más de Pau, en especial en ataque. Pero lo que es incuestionable es que Gasol ha trabajado muy duro ante cuatros de muy buen nivel en todos los playoffs; que su trabajo ante Duncan y Garnett ha sido muy bueno y que en la final, salvo fallos concretos, ha ofrecido una de las mejores versiones defensivas que se le recuerdan. Phil Jackson no ha sido justo con él y quizá debería cuestionarse por qué no le llegan más balones interiores a un jugador que en playoffs ha metido el 53 por ciento de sus tiros. Muchos han echado de menos que los sistemas no buscaran más a Pau en el último cuarto en vez de terminar con un balón a la desesperada de Vujacic.

Lamar Odom: 13,5 puntos, 9 rebotes y 3 asistencias. Buenos playoffs y floja final. Lamar tardó varios partidos en darse cuenta de a qué estaba jugando. Su enorme clase queda un tanto devaluada por esa eterna etiqueta que arrastra de no se un jugador determinante. Aún así ha tenido momentos brillantes en los que demostró que tiene capacidad de sobra para hacer daño cerca del aro. Su continuidad está siendo puesta en duda ya que con la recuperación de Bynum, los Lakers ven más necesaria la incorporación de un tres tirador y más sólido en defensa. Además, su contrato deja a los púrpura y oro con poco margen para maniobrar en el mercado.

Derek Fisher: 10,8 puntos y 3,2 asistencias. Su presencia en cancha ya es digna de ser tenida en cuenta cuando se sabe que lleva meses jugando con una lesión en el talón de Aquiles. Méritos aparte, Fisher ha estado por debajo de lo que L.A. ha necesitado. Su rendimiento no ha sido malo, pero en una final hace falta ese algo más. Los Lakers trabajan denodadamente para conseguir un refuerzo en el puesto de uno puro sabedores de que hay que empezar a mejorar desde la dirección, aunque en tu equipo esté Kobe Bryant.

Vladimir Radmanovic: 7,3 puntos y 4,8 rebotes. Él no tiene la culpa de no pegar ni con cola en un equipo como los Lakers. Aún así trabajó lo mejor que pudo y le tocó bailar en ocasiones con la más fea de Boston: Paul Pierce. Poco se puede hacer ante eso. Metió algunos de sus tiros de larga distancia y reboteó lo mejor que pudo, pero es un jugador que ocupa un puesto en un equipo que no le necesita. Su contrato es otra de las losas de la franquicia, pero eso hay que imputárselo a Mitch Kupchak...

Sasha Vujacic: 8,3 puntos y 2 rebotes. The Machine ha estado tan valiente como desacertado. Completó un gran partido en la primera victoria angelina, pero no es un jugador para llevar tantos galones. Hay que reconocerle sus ganas de competir y su casta en muchos momentos de los playoffs. Es un jugador peculiar que a veces hace daño por esas particularidades (alto, puede jugar de uno, de dos y de tres), aunque en ocasiones parece como que hay que contenerle desde dentro del propio equipo. En todo caso, sí parece tener un puesto en el equipo dentro de la segunda unidad.

Jordan Farmar: 7 puntos y 1,8 rebotes. Es un base con futuro... pero quizá como base de rotación. Su temporada ha sido buena y su final discreta tirando a mala. Se trata de un jugador de clase, con buenas aptitudes ofensivas y defensivas, pero que tiene que madurar. Su momento aún no ha llegado.

Trevor Ariza: 2,7 puntos y 1,8 rebotes. Un buen jugador de rotación que venía de arrastrar problemas físicos en las rondas previas a la final. En sus pocos minutos en cancha siempre dio la sensación de estar capacitado para aportar cosas, tanto en defensa como en ataque. Da la sensación de que Phil Jackson pudo sacar más de él y de que incluso podía haber sido un buen arma para desgastar más a Pierce.

Luke Walton: 2,5 puntos y 1,2 asistencias. Decepcionante. Es cierto que es un jugador listo, pero limitado, pero no ha estado a la altura ni en defensa ni en ataque. No ha aportado nada.

Ronny Turiaf: 1,8 puntos y 0,7 rebotes. Horrible. Pasado de vueltas y con pocos minutos. Los Lakers necesitaban más fuerza interior y él no ha contribuido en absoluto a esa casusa. Parecía más pendiente de sus peinados y de salir bien en la foto poniendo caritas que de intimidar, rebotear y defender.

Chris Mihm: 2 faltas y 1 pérdida. Cuando Doc Rivers ponía en cancha a los menos habituales éstos daban el callo, aportaban y se veía en ellos hambre y ganas. Cuando salió el pívot reserva de los Lakers la sensación que ofreció fue una mezcla de pena y de risa. Fuera de forma y de ritmo, sus tres minutos en cancha dejan en mal lugar a Phil Jackson... y a Chris Mihm.

Además, Didier Ilunga-Mbenga, Ira Newble y Coby Karl no disputaron ni un sólo minuto de la Final y sólo Karl tiene calidad para formar parte de un equipo NBA. El lesionado Andrew Bynum fue el gran ausente de los angelinos.