12.2.21

Cameron Johnson, el sophomore veterano

En el draft de 2019, los Timberwolves elegían con el número 11 a Cameron Johnson. Inmediatamente después lo enviaban a los Suns junto a Dario Saric. Y los de Minny se hacían con Jarrett Culver, seleccionado con el número 6. El alero brilla en este 2021 con los de Arizona, con los que se está destapando como un tirador de tres de élite.

La historia de Cameron Johnson tiene su gracia. A punto de cumplir 25 años, la actual es solo su segunda temporada en la NBA. De hecho su caso es poco habitual. Lo normal es que los jugadores sean elegidos en el draft como mucho con 22 años, pero él lo fue ya con 23.

En su primer año en la NCAA, con Pittsburgh, solo disputa 8 partidos y se pierde el resto de la temporada por una lesión en un hombro. Con los Panthers jugará otras dos campañas completas (32 y 33 partidos en cada una de ellas) y se graduará en Comunicación, en solo tres años, con un brillante 3.9, que equivale a una nota de 9,4 sobre 10. 

El jugador luchó por su derecho a ser transferido a la Universidad de North Carolina (también tenía sobre la mesa ofertas de Kentucky, Arizona, Oregon, UCLA y Ohio State) y poder jugar de forma inmediata. Según las reglas de la NCAA, los estudiantes que se transfieran deben permanecer sin jugar una temporada completa. Sin embargo, los estudiantes graduados son elegibles para competir desde el primer momento, sin esperas. Y esa pequeña gran batalla la gana a pesar de la oposición de su universidad.

Además, al apenas haber jugado en su primer año con Pitt se le concedió una red shirt, por lo que aún podía jugar otros dos años más en la NCAA. Lejos de ese perfil de jugador estrella del famoso one and done, Cameron Johnson será de los que termine su periplo universitario con los Tar Heels. 

Con UNC en el primer año caen en segunda ronda del torneo final. No empezó bien la campaña para él. Justo antes de empezar la temporada se lesiona en un menisco y se pierde diez partidos. Y al término del curso se opera de la cadera. Pero tiene claro que volverá al año siguiente.

Y, en su segundo curso en Chapel Hill, alcanzan los Sweet Sixteen, pero pierden con Auburn con claridad. En esta campaña de la 2018-19, Johnson firma unos muy sólidos 16,9 puntos, 5,8 rebotes, 2,4 asistencias y 1,2 robos, en 36 partidos. Y cursa sus estudios: un máster en administración deportiva. Un ejemplo de manual del buen atleta y estudiante.

El hijo de Gilbert Johnson, quien también jugara en la Universidad de Pittsburgh, y de Amy, jugadora de Kent State, sin duda parecía preparado para la NBA a sus 23 años. Su 45,7 % en tiros de tres, y más de un 50 % en tiros de campo, hacían de este alero de 2,03 y 95 kilos un fino tirador de larga distancia, algo cada vez más codiciado en la mejor liga del mundo.

En su primer año con los Suns ya deja constancia de su clase y se va a 8,8 puntos, 3,3 rebotes y 1,2 asistencias, en 22 minutos de media en 56 partidos. Su 39% en triples hace que se le tome en serio a pesar de ser un recién llegado.

Y en la presente campaña, Cameron Johnson promedia 11,3 puntos, 3,8 rebotes y 1,5 asistencias, con más de dos tiros de tres metidos por partido. Y va ganando importancia en un equipo liderado por Devin Booker y Chris Paul y que cuenta también con Deandre Ayton, Jae Crowder, Mikal Bridges, Dario Saric, Langston Galloway, Frank Kaminsky o E'Twaun Moore. Y ahí en medio, Cameron Johnson ya es el quinto anotador del equipo. Sin duda alguna un desconocido del gran público, pero que apunta maneras para ser un alero de presente y de futuro.

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5 Comments:

Anonymous Toni said...

Hola,
Hace poco que me he animado a crearme un blog y gracias a eso he descubierto muchos blogs interesantes 😊
Si no te importa voy a enlazar tu blog al mío, si me quieres dar feedback te lo agradezco: https://toniandreu.wordpress.com/
Gracias.
Saludos

11 de febrero de 2021, 20:01  
Blogger Peter Mihm said...

Cuenta con ello, Toni. Cuando saque un ratín te enlazo.

12 de febrero de 2021, 8:59  
Blogger Reithor said...

Ojalá que el jugador abra una vía y siente un ejemplo de la parte buena de elegir en el draft jugadores más maduros y formados, con muchos años para mejorar en fundamentos. Que de los chavalines que van un año por obligación salen muchas ranas, muy explosivos y físicos pero otros aspectos del juego por pulir durante sus primeros años en la liga; donde tienen menos tiempo para esas cosas. Claro que para hacer eso es más fácil si no eres la esperanza de una familia y allegados para salir de la pobreza...

12 de febrero de 2021, 10:06  
Blogger Peter Mihm said...

Está claro que muchos de los que dan el salto pronto es porque tienen situaciones familiares comprometidas y el dinero rápido y en cantidades importantes resulta muy tentandor.

En el caso de Cameron Johnson vemos que tenía un buen entorno y que el chaval era un extraordinario atleta-estudiante. Su buena cabeza le ha ayudado a llegar a la élite sin prisas y con una maduración física y mental que cada vez se ve menos en la NBA.

12 de febrero de 2021, 10:42  
Anonymous Anónimo said...

Gran post Peter, historias interesantes detrás de algunos jugadores.
Como no vamos a seguir aquí dentro de otros 15 años, no hacerlo sería mu tonto!!
Un abrazo crack!
Klingsor

12 de febrero de 2021, 14:15  

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